Día de San Valentín: Una Celebración del Amor de Dios

El Día de San Valentín nos da la oportunidad de reflexionar sobre el amor más grande de todos: el amor incondicional y sacrificial de Dios a través de Jesucristo. Al expresar amor a quienes nos rodean, recordemos que el verdadero amor es desinteresado y nos llama a reflejar el carácter de Cristo en nuestras relaciones.

Gabriel Colina

2/14/20252 min leer

A medida que se acerca el Día de San Valentín, muchos de nosotros recordamos el amor que compartimos con la familia, los amigos y nuestras parejas. El mundo suele asociar este día con el amor romántico, las flores, los chocolates y las expresiones de afecto. Para nosotros, como Adventistas del Séptimo Día, el Día de San Valentín puede servir como una oportunidad para reflexionar no solo sobre las relaciones humanas, sino también sobre el amor más grande de todos: el amor que Dios tiene por cada uno de nosotros.

En la Biblia, 1 Juan 4:9-10 dice:
"Así mostró Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados."
El amor de Dios es incondicional, sacrificial y eterno. En este día especial, mientras damos muestras de afecto a quienes nos rodean, recordemos también el incomparable amor que Dios nos ha demostrado a través de Jesucristo.

La esencia del amor verdadero se encuentra en el desinterés y el servicio, algo que vemos plenamente reflejado en Cristo. En Juan 15:13, Jesús mismo nos dice: "Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos." El mayor acto de amor no se manifestó en regalos lujosos o gestos románticos, sino en el sacrificio supremo: dar su vida por nosotros. Este es un amor que nos llama a reflejar su carácter en nuestras relaciones con los demás.

En este Día de San Valentín, podemos tomarnos un momento para expresar nuestro amor por Dios de manera tangible, ya sea a través de la oración, la adoración o el servicio a los demás. Al demostrar amor a las personas en nuestras vidas, recordemos que el amor verdadero es sacrificial y está arraigado en el amor que Cristo nos ha mostrado. Nuestras relaciones, ya sean con la familia, los amigos o nuestras parejas, deben reflejar ese mismo amor desinteresado e incondicional.

Que este día nos recuerde cuánto nos ama Dios. No importa nuestras circunstancias, su amor siempre está presente: firme, inquebrantable y eterno. Al dar y recibir amor hoy, que podamos acercarnos más a Aquel que nos amó primero.

Oración:

Amado Padre Celestial, gracias por el amor inmensurable que nos has mostrado a través de tu Hijo, Jesucristo. Ayúdanos a reflejar tu amor en nuestras relaciones y a vivir con el mismo espíritu de entrega y servicio que nos has enseñado. En este Día de San Valentín, que recordemos el verdadero significado del amor y lo compartamos con quienes nos rodean. En el nombre de Jesús, Amén.