Dime que hay algo más: La Verdadera Intimidad Según el Plan de Dios
La intimidad no se trata solo de satisfacción física; se trata de honrar a Dios, a tu pareja, y de vivir una relación llena de respeto, amor y fidelidad.
Bound Together
10/25/20242 min leer
La intimidad es mucho más que una simple conexión física; es una unión emocional, espiritual y personal que refleja el diseño divino para las relaciones humanas. En Génesis 2:24, se nos dice: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne." Este versículo resalta un concepto profundo: el vínculo en el matrimonio va más allá de lo físico; es una comunión total en cuerpo, mente y espíritu.
Recientemente, una joven universitaria contactó al psicólogo Josh McDowell con una inquietud desgarradora. “Durante las últimas cinco noches,” confesó, “he ido a la cama con cinco hombres diferentes. Me pregunto, ¿es esto todo lo que hay? ¿Se reduce todo al sexo?" Después de un momento de pausa, pidió algo más profundo: “Señor McDowell, por favor, dígame que existe algo más."
Su respuesta fue simple pero poderosa: "De hecho, hay algo más. Se llama intimidad."
¿Qué es la verdadera intimidad?
La intimidad es una relación cercana y afectuosa con otra persona que abarca tanto lo emocional como lo físico. Es una conexión profunda que implica confianza, respeto, fidelidad y compromiso. No se trata solo de compartir el cuerpo, sino de compartir el alma. La intimidad se cultiva a través de la comunicación abierta, las experiencias compartidas y el tiempo invertido en fortalecer el vínculo con la otra persona.
Dios creó al hombre y a la mujer para complementarse y amarse dentro del sagrado vínculo del matrimonio. El sexo es una expresión de esa intimidad, pero no es lo único ni lo más importante. El plan de Dios para las relaciones va mucho más allá de la satisfacción física; implica honrar a tu pareja y a Dios en todo momento.
El Plan de Dios para la Intimidad
Dios diseñó la intimidad para ser disfrutada dentro del contexto del matrimonio, donde el respeto y el compromiso son fundamentales. La intimidad plena incluye el cuidado mutuo, la confianza, y un amor que va más allá del deseo. No se trata solo de cumplir deseos momentáneos, sino de construir una relación que honre a Dios y brinde satisfacción duradera.
La verdadera intimidad requiere tiempo y esfuerzo, pero la recompensa es inmensa. Es un regalo que no solo trae alegría y satisfacción, sino también una profunda sensación de plenitud y propósito en la vida.
¿Cómo podemos experimentar la intimidad verdadera?
Si quieres experimentar la verdadera intimidad, sigue el plan de Dios para tu vida. Respeta tu cuerpo y el de los demás como templos del Espíritu Santo, y espera el momento adecuado para compartir tu sexualidad con la persona que Dios ha escogido para ti. Solo entonces podrás disfrutar de una intimidad plena bajo la bendición del cielo.
Dios tiene un propósito para tu vida y tus relaciones. No te conformes con menos de lo que Él te ofrece. Pregúntate: ¿Cómo puedes seguir el plan de Dios en tus relaciones? ¿Qué desafíos o tentaciones enfrentas? Ora y pídele a Dios que te guíe, para que vivas la verdadera intimidad según Su voluntad.